Hay conversaciones que, aunque incómodas, tienen el poder de transformarlo todo. Son diálogos sinceros que rompen con la rutina y desafían el curso habitual de las cosas. En Exomindset, creemos que ese momento marca el verdadero comienzo de una transformación genuina.

En un entorno donde la urgencia tiende a imponerse, las organizaciones que logran detenerse para observarse y escucharse a sí mismas desarrollan una claridad difícil de alcanzar de otro modo. Por eso, promovemos una cultura donde cada palabra cuenta, y donde el diálogo constante se convierte en la base para una evolución profunda y duradera.

El mito del feedback como instancia formal 

La idea del feedback como una instancia meramente formal limita el crecimiento y la mejora continua.

Reconocer el valor de las personas no debería ser un hecho aislado, sino una práctica cotidiana. Y como toda buena práctica, puede adoptarse de distintas formas: desde un mensaje celebratorio en Slack que eleva el ánimo del equipo, hasta una conversación íntima en un 1:1 donde una palabra precisa puede marcar la diferencia. Cuando el feedback fluye con naturalidad, todos —colaboradores, líderes, managers— ganan claridad, propósito y dirección. 

Pero cuidado: un feedback sin acción es solo ruido. Por eso, promovemos una cultura donde las palabras se traducen en decisiones, donde escuchar implica actuar, y donde el feedback no aparece una vez por trimestre, sino varias veces por semana. Puede surgir en una conversación breve al terminar una daily, en un comentario durante una colaboración, en una encuesta de satisfacción o incluso en un mensaje directo que lleva intención. Lo importante es que sea honesto, oportuno, y sobre todo, constante. 

La retroalimentación es el puente que conecta a las personas con su mejor versión. Genera un clima de confianza en donde todos se convierten en aliados del desarrollo profesional del otro. Las metas individuales dejan de ser un fin en sí mismo para convertirse en un objetivo compartido. 

El feedback no tiene jerarquía

Para que el feedback forme parte del ADN cultural, debe fluir en todas las direcciones: de líderes a equipos, de equipos a líderes y también entre pares. Los líderes juegan un rol fundamental al cultivar una comunicación abierta, transparente y respetuosa, que inspire a otros a hacer lo mismo. Porque en una cultura de feedback saludable, cada voz cuenta.  Tanto managers como miembros del equipo pueden y deben compartir feedback con respeto, sabiendo que sus opiniones serán tomadas en serio y tendrán impacto.

¿Por qué esto importa? Porque los colaboradores son el corazón de la organización. Son quienes conocen en profundidad las operaciones y viven el día a día del negocio. Escucharlos con regularidad no solo mejora la productividad: también aumenta la moral, genera compromiso, refuerza el sentido de pertenencia y abre la puerta a la innovación. En definitiva, cuando todos tienen voz, todos pueden influir.

En Exomindset estamos convencidos de que el reconocimiento entre pares no solo fortalece vínculos, sino que también visibiliza esos aportes cotidianos que muchas veces pasan desapercibidos. Por eso desarrollamos Rewards, una plataforma interna que nos permite agradecer y destacar de forma ágil las actitudes, gestos y contribuciones que marcan la diferencia en el trabajo diario.

Estas interacciones genuinas entre pares mejoran el clima laboral, refuerzan la confianza y consolidan una cultura donde el feedback no es un momento aislado, sino una forma de crecer juntos.

Lo difícil: Feedback que incomoda pero transforma

Sabemos que no siempre es fácil. A veces, preferimos posponer una conversación incómoda con la excusa de que hay asuntos “más urgentes”, cuando en realidad lo que evitamos es el esfuerzo que implica mirar de frente aquello que desafía nuestras formas habituales de hacer las cosas. 

El feedback tiene algo de impredecible. Es una puerta que, una vez abierta, no sabemos con qué nos encontraremos. Puede incomodar, descolocar o sorprender, porque dar feedback no es solo compartir una opinión, también es exponerse. 

Por eso, una cultura de retroalimentación real necesita seguridad psicológica. Necesitamos de un entorno donde todos se sientan lo suficientemente seguros como para hablar con honestidad, sin miedo a represalias, al juicio o silencios incómodos del otro lado.

Cuando logramos atravesar esa barrera, el feedback se convierte en una de las herramientas más potentes de desarrollo personal y profesional. Nos ayuda a ver lo que solos no vemos. Nos invita a crecer, a corregir el rumbo, a avanzar con más conciencia.

En Exomindset, abrazamos esa incomodidad inicial porque sabemos que realmente impulsa la transformación: el cambio profundo, sostenido, que nos fortalece como personas, como equipo y como organización.

Mensajes que elevan, señales que redirigen 

Toda interacción contiene una señal: una que puede reforzar lo que funciona o alertar sobre lo que necesita cambiar.

Un feedback positivo no es un gesto simpático ni un “buen trabajo” dicho al pasar, es una herramienta estratégica para reforzar los comportamientos, decisiones y resultados que están alineados con el propósito de la organización. Esto no sólo fortalece la motivación, sino que convierte esas prácticas en estándares culturales compartidos. 

Del mismo modo, un feedback negativo no es una sentencia ni una queja, sino una oportunidad de mejora. Trae a la conversación lo que no funcionó o lo que se desvió, siempre con la intención de construir. Y el punto clave está en la intención, no se trata de corregir desde el juicio, sino de abrir conversaciones que generen nuevas formas de hacer las cosas. 

Ni positivo ni negativo, simplemente feedback constructivo. Lo importante es el equilibrio, ya que el reconocimiento genera confianza y los ajustes necesarios aportan claridad. 

En Exomindset, además de fomentar espacios donde el equipo pueda comunicarse con confianza, utilizamos herramientas como las Pulse Surveys: encuestas breves y frecuentes que nos permiten detectar áreas de mejora incluso cuando cuesta expresarse cara a cara. Funcionan como una “toma de pulso” ágil del clima organizacional.

También ponemos foco en la voz de nuestros clientes a través de las NPS (Net Promoter Score). Esta herramienta nos ayuda a mejorar la experiencia y la lealtad de quienes confían en nosotros, identificando oportunidades concretas de evolución en nuestros servicios y vínculos. 

En paralelo, medimos el compromiso interno con el eNPS (Employee Net Promoter Score) que parte de una sola pregunta: ¿Qué tan probable es que recomiendes esta empresa como un buen lugar para trabajar? Esta métrica cobra aún más relevancia al haber sido reconocidos como un Great Place To Work con un 98% en el índice de confianza total. No lo tomamos como una meta alcanzada, sino como una base para seguir fortaleciendo un entorno laboral saludable e inclusivo.

En conjunto, estas herramientas hacen del feedback un motor de crecimiento interno y de excelencia en el servicio. Pero más allá de su efecto interno, creemos que también puede inspirar a otras organizaciones a evolucionar hacia culturas más abiertas, humanas y efectivas.

El motor del cambio sostenible

El verdadero cambio nace cuando nos animamos a enfrentarnos a lo incómodo y a abrirnos a nuevas posibilidades. Cuando la comunicación es auténtica y el compromiso se comparte, se crea un espacio donde la innovación y el crecimiento no se fuerzan: florecen naturalmente.

En ese terreno, el futuro no solo se proyecta, se construye día a día, con cada voz que se atreve a ser escuchada. Porque cuando las personas se reconocen, se escuchan y se animan a desafiar lo establecido, el equipo se vuelve más humano, los vínculos más genuinos y así, los resultados son, simplemente, mejores.

Esa es nuestra forma de trabajar y crecer, con apertura y valentía, convencidos de que la transformación empieza cuando nos animamos a dar y recibir lo que realmente importa. Fomentar una cultura de feedback también es, para nosotros, una forma de equilibrar la vida profesional con la personal y de hacer del trabajo un espacio más consciente.

El feedback no cambia todo de un día para otro, pero cambia algo importante todos los días, y eso, con el tiempo, lo cambia todo.